¿Cómo redactar riesgos correctamente?

5 min de lectura
septiembre 25, 2024
¿Cómo redactar riesgos correctamente?
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La correcta redacción de riesgos es un factor importante para garantizar que todos en las organizaciones puedan comprender, gestionar y prevenir riesgos de manera efectiva. Esta es una situación muy común; imagina que en tu empresa todos esperan que presentes un informe claro y preciso sobre los riesgos que podrían afectar el futuro de tu negocio, y cuando revisas tus matrices te das cuenta de que la redacción no es tan clara como pensabas ¿Qué harías?

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En este artículo aprenderás cómo redactar riesgos correctamente, desde las técnicas hasta la nomenclatura que debes utilizar, asegurando que puedas informar adecuadamente y también para que ayudes a que tu equipo pueda tomar decisiones acertadas. Esto también mejorará la cultura de riesgos en tu organización. 

¿Qué es la Redacción de Riesgos? 

La redacción de riesgos, es el proceso de identificar, describir y comunicar los posibles eventos o situaciones que podrían afectar los objetivos de una organización. Estos riesgos pueden ser internos, como fallos operativos, o externos, como cambios en el mercado o regulaciones. 

El objetivo principal de la redacción de riesgos, es estandarizar la escritura para que cualquier persona que lea el informe, desde los directivos hasta empleados de distintas áreas puedan entender claramente cuál es el riesgo, su posible impacto y cómo se puede gestionar. 

¿Cuál es la importancia de redactar riesgos correctamente? 

La forma en la que describes un riesgo puede determinar cómo se percibe y por lo tanto, cómo se responde a él. Un riesgo mal redactado puede ser subestimado o malinterpretado, lo que aumenta la probabilidad de que no se tomen medidas preventivas adecuadas. 

Te dejo un ejemplo; en lugar de escribir “problemas en la cadena de suministro”, puedes redactar “Un retraso en la cadena de suministro puede afectar las entregas de productos”. Esta versión es directa y específica. 

Cómo redactar riesgos: técnicas esenciales

  • Sé claro y específico 

Un riesgo vago no es útil para nadie. Asegúrate de proporcionar detalles suficientes para que otros comprendan de qué se trata. Un buen ejemplo de redacción clara y específica podría ser: 

“El riesgo de una falla en el sistema de TI  durante el pico de ventas de diciembre podría interrumpir el acceso a nuestra plataforma en línea, lo que provocaría la pérdida de aproximadamente el 20% de las ventas previstas” 

Este riesgo detalla tanto el qué (falla en el sistema de TI) el cuándo (pico de ventas en diciembre), el impacto (pérdida del 20% de las ventas) y quién se verá afectado (la empresa en su conjunto). 

  • Usa la estructura causa - consecuencia

Describir la causa y el efecto de un riesgo ayuda a visualizar la cadena de eventos que podría ocurrir. Esta técnica es efectiva porque te obliga a identificar no sólo el riesgo, sino también su origen y repercusión. Por ejemplo: 

“Si los proveedores internacionales enfrentan restricciones logísticas debido a regulaciones gubernamentales, existe el riesgo de que las entregas de materia prima se retrasen, lo que afectaría la producción” 

  • Utiliza la nomenclatura de riesgos

La nomenclatura de los riesgos es un aspecto fundamental en la redacción de riesgos. La estandarización del lenguaje ayuda a que toda la organización maneje los mismos términos y conceptos al referirse a riesgos. Algunos termines incluyen: 

  • Probabilidad: La posibilidad de que ocurra un riesgo.
  • Impacto: La magnitud del efecto si el riesgo se materializa. 
  • Mitigación: Las acciones tomadas para reducir la probabilidad o el impacto del riesgo. 

Paso a paso para redactar riesgos

A continuación te dejamos una guía práctica sobre cómo escribir riesgos de manera efectiva, esperamos que te sea de utilidad en la gestión de riesgos

Paso 1: identificación del riesgo

Identifica el evento o la situación que podría representar un peligro para los objetivos de la organización. Por ejemplo, “posibles problemas de ciberseguridad” 

Paso 2: Definir la probabilidad e impacto

Determina qué tan probable es que ocurra el riesgo y qué impacto podría tener en la empresa. Un ejemplo sería: “El riesgo de un ataque cibernético es moderado, pero el impacto en la pérdida de datos sería significativo” 

Paso 3: redacción clara y directa

Utiliza un lenguaje sencillo y evita tecnicismos innecesarios. Todos en la organización deben poder entender el riesgo, no sólo los expertos en TI o gestión de riesgos. 

Paso 4: priorizar los riesgos 

Ordena los riesgos según su nivel de urgencia e impacto. Un riesgo con alta probabilidad y gran impacto debe ser gestionado antes que uno de baja probabilidad e impacto moderado. 

Te invitamos a ver una de las sesiones de nuestra Escuela de Gestión de Riesgos en la que hablamos sobre cómo redactar riesgos correctamente en la matriz, este vídeo te puede ayudar en tu proceso de formación: 

 

Técnicas para redactar riesgos: 

Las técnicas para redactar riesgos pueden variar dependiendo del contexto y la audiencia. Sin embargo, algunas prácticas recomendadas incluyen: 

  • Evita el uso de jerga técnica

Si el riesgo es demasiado técnico, usa un lenguaje que todos puedan entender, Por ejemplo, en lugar de decir “falla en el sistema ERP”, podrías decir, “falla en el sistema que gestiona el inventario y las ventas”. 

  • Describir el escenario de riesgo

En lugar de sólo mencionar el riesgo, incluye un escenario que lo ejemplifique. Esto ayuda a visualizar la situación. Un ejemplo sería: 

“Si el sistema de respaldo no se activa correctamente durante un corte de energía, la producción podría detenerse por varías horas, afectando las entregas”. 

  • Usar un formato consistente

Utiliza un formato estándar para describir cada riesgo. Por ejemplo: 

  • Descripción del riesgo: Explica el riesgo de manera clara y concisa
  • Causa: ¿Qué lo podría desencadenar? 
  • Impacto: ¿Qué consecuencias tendría? 
  • Mitigación: ¿Qué se está haciendo o se puede hacer para reducir el riesgo? 

Errores comunes al redactar riesgos

  • No ser específico: Evita descripciones vagas o generales. Un riesgo mal definido es difícil de gestionar. 
  • Subestimar el impacto: Es importante que seas realista al describir las posibles consecuencias de un riesgo. 

  • No actualizar la redacción: Los riesgos evolucionan, y la redacción también debe hacerlo. Asegúrate de revisar y actualizar tus informes regularmente. 

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También puedes descargar la información en diferentes formatos para presentarlo a los directivos, de tal manera que puedas optimizar tu carga operativa hasta en un 60%, permitiendo concentrar esa carga en la toma de decisiones informadas de manera oportuna. 

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