El cumplimiento antilavado en México está atravesando uno de sus cambios más profundos en más de una década. Reformas recientes, sanciones mediáticas y la evaluación de GAFI han creado un entorno donde ya no basta con cumplir “en papel”: las empresas necesitan programas de prevención de lavado de dinero (PLD/FT) robustos, dinámicos y respaldados por tecnología.
En el Foro Pirani: Ley Antilavado en México, tres expertas en PLD/FT —Alondra de la Garza, Ana Itzel de la Cruz y Leticia Pelayo— compartieron su visión sobre este nuevo escenario regulatorio y los retos reales que enfrentan hoy las organizaciones, especialmente aquellas que nunca antes habían sido objeto de supervisión.
Un 2025 que cambió el panorama del cumplimiento en México
El año estuvo marcado por titulares constantes: sanciones, reformas, designaciones internacionales, nuevas obligaciones y un escrutinio creciente sobre sectores que antes no estaban en el radar.
Como explicó Ana Itzel de la Cruz, México vive un momento clave:
“Hoy más que nunca está de moda trabajar en cumplimiento. El país enfrenta la quinta ronda de evaluación de GAFI, una reforma a la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y una mayor presión internacional para demostrar efectividad real.”
Esa combinación —regulación más estricta, crimen organizado sofisticado y cooperación internacional— obliga a las empresas a elevar su nivel de madurez en PLD/FT.
El mayor desafío: dejar de ser reactivos
Para Alondra de la Garza, uno de los problemas estructurales es cultural:
“Somos muy reactivos. Cumplimos cuando llega la crisis, no antes. Y eso hace que cualquier reforma nos tome por sorpresa.”
Esta reactividad se ve en:
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Programas de cumplimiento “en papel” que no se viven.
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Encargados de PLD asignados por conveniencia, sin formación adecuada.
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Procesos manuales que imposibilitan detectar operaciones inusuales.
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Poca integración entre áreas operativas y oficiales de cumplimiento.
Y el golpe más fuerte lo sienten los sectores no financieros, que nunca habían tenido supervisión real del SAT.
Sectores que enfrentan los mayores retos
Leticia Pelayo fue clara: los sectores más afectados son aquellos con operaciones fragmentadas, de alto volumen y manuales. Entre ellos:
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Servicios inmobiliarios
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Notarías y corredores públicos
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Comercialización de vehículos
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Venta de metales preciosos
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Obras de arte
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Actividades con activos virtuales
Muchos de estos sectores carecen de controles documentales, capacitación, trazabilidad y procesos digitales. Con la reforma, esto dejó de ser opcional.
¿Qué cambió con la reforma a la LFPIORPI?
La reforma publicada en julio introdujo obligaciones que nunca habían existido para actividades vulnerables:
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Beneficiario controlador (equiparable a beneficiario final).
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Enfoque basado en riesgos, antes inexistente.
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Capacitación anual obligatoria.
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Mayor cooperación entre autoridades.
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Posibilidad de auditoría interna o externa según nivel de riesgo.
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Nuevos sectores incorporados, como activos virtuales y fideicomisos.
Alondra lo resumió así:
“Muchas de estas obligaciones debieron existir desde 2012. Ahora el reto será que una cultura que nunca se desarrolló, empiece a nacer bajo supervisión estricta.”
Elementos indispensables de un programa eficaz de PLD/FT
Durante el foro, Alondra detalló los pilares que toda organización debe tener si quiere cumplir, pero sobre todo, prevenir:
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Voluntad de la alta dirección.
Sin liderazgo, ningún control vive. -
Una figura de cumplimiento con independencia.
Jerarquía, autonomía y respaldo institucional. -
Sistemas automatizados de monitoreo.
Hacerlo manual es “una condena al fracaso”. -
Políticas, procesos y manuales que se vivan.
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Canales de denuncia con política de no represalias.
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Programas continuos de capacitación.
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Auditoría y verificación periódica.
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Debida diligencia 360°: clientes, proveedores, empleados, aliados.
Capacitación: el corazón de la cultura de cumplimiento
Las tres expositoras coincidieron en algo: ninguna empresa puede cumplir si su gente no sabe cómo hacerlo.
Leticia lo expresó así:
“La capacitación ya no puede verse solo como una obligación normativa. Es lo que conecta la operación con el cumplimiento y la cultura organizacional.”
Y Ana añadió un punto clave:
“Hoy existen boletines oficiales gratuitos con información técnica. Capacitarnos ya no depende del presupuesto.”
Si quieres profundizar en las ideas, casos y recomendaciones que compartieron nuestras panelistas, te invitamos a ver la grabación completa del Foro Pirani: Ley Antilavado en México.
