Cómo entender el riesgo geopolítico en los negocios
En la gestión de riesgos, solemos pensar en fraudes, ciberataques o fallas operativas. Pero hay un tipo de riesgo que avanza en silencio y puede afectar a cualquier organización sin importar su tamaño o sector: el riesgo geopolítico.
En el nuevo episodio del Pirani Podcast, conversamos con Sebastián Bitar, profesor asociado de la Universidad de los Andes y experto en relaciones internacionales, sobre cómo los cambios políticos, las tensiones globales y los conflictos territoriales impactan directamente la continuidad y estabilidad de las empresas.
¿Qué es realmente el riesgo geopolítico?
El riesgo geopolítico es la posibilidad de que decisiones políticas, conflictos o tensiones internacionales alteren el entorno operativo y económico de las empresas.
No se trata solo de guerras o sanciones, sino de cualquier evento que modifique las reglas del juego: reformas laborales, restricciones comerciales, nacionalización de recursos o incluso cambios en la política exterior de una potencia.
Como señala Bitar, “no podemos salirnos de lo político por más que quisiéramos. Los que lo ignoran están creyendo en un problema muy grave”.
El caso Taiwán: cuando la geopolítica golpea la tecnología
Para ilustrarlo, Bitar menciona el caso de Taiwán, donde se fabrican los chips más avanzados del mundo.
Apple, por ejemplo, depende completamente de los semiconductores producidos allí. Si se desatara un conflicto con China, el acceso a esa tecnología se detendría de inmediato, afectando a toda la industria tecnológica global.
Más que un asunto diplomático, es una amenaza directa a la cadena de suministro. Un evento geopolítico en Asia podría traducirse en retrasos, pérdidas económicas o incluso parálisis de producción para empresas en cualquier parte del mundo.
La política local también importa
El riesgo geopolítico no está solo “afuera”. En América Latina, las decisiones internas de los gobiernos pueden tener un impacto igual de profundo.
Bitar cita el caso de la reforma laboral en Colombia, donde un cambio en la agenda política elevó los costos para las empresas, afectando su rentabilidad y capacidad de contratación.
“Los empresarios muchas veces ven la política como algo ajeno a su operación diaria”, advierte. “Pero cada ley, cada reforma o cada decisión de gobierno puede alterar las condiciones bajo las cuales operan”.
Empresas como ciudadanos corporativos
Para Bitar, las organizaciones no pueden verse únicamente como actores económicos.
“Las empresas son ciudadanos corporativos”, explica. “De ellas también depende la solidez de la democracia y el estado de derecho de su país”.
Esto significa que el sector privado tiene una responsabilidad más allá de la rentabilidad: proteger el marco jurídico y promover entornos estables donde puedan operar a largo plazo.
Ignorar la política o polarizarse en ella —dice— es tan riesgoso como no gestionar un riesgo financiero o tecnológico.
Escucha el episodio completo y descubre junto a Sebastián Bitar por qué el riesgo geopolítico es uno de los mayores desafíos para las empresas modernas, y cómo anticiparse puede marcar la diferencia entre la continuidad y la crisis.
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