El sistema de gestión del riesgo es el establecimiento de políticas, objetivos, procedimientos y estructura para la administración del riesgo, que debe estar alineado con los planes estratégicos de la entidad.
Una buena gestión del riesgo ayuda a mitigar errores y a garantizar la estabilidad de las compañías en los rendimientos financieros. Además, las organizaciones cuentan con una guía que define los procesos y métodos que debe seguir para gestionar el riesgo de forma estructurada y sistematizada.
Aunque en Latinoamérica no hay una cifra oficial de cuántas empresas implementan modelos de gestión del riesgo operacional, se sabe que son pocas las que invierten tiempo y recursos en estas estrategias. De hecho, muchas organizaciones se preocupan sólo por cumplirle a entidades regulatorias, como la Superintendencia Financiera, pero no tienen en cuenta que más allá de cumplir con una norma, una buena gestión ayuda a la efectividad de los procesos.
Otras organizaciones creen que implementar una buena gestión de riesgos es costoso y no incorporan medidas en su día a día y, peor aún, no las ven necesarias porque toda la vida han operado así y “no les ha pasado nada”.
Esto sucede, pese a los escándalos por descalabros de compañías emblemáticas por malos manejos en el riesgo operacional. A lo que se suma, que cuando las empresas implementan un departamento de Gestión del Riesgo, el gerente se desentiende, se le olvida que el éxito de la estrategia es que se involucre directamente en el tema y priorice el manejo de riesgo.
Precisamente, el gerente debe comprender todos los riesgos a los que está expuesta la compañía para establecer los métodos utilizados para equilibrarlos y mitigarlos. Esa responsabilidad no se le puede delegar a un solo equipo, por el contrario, hay que involucrar a todas las áreas. La gestión del riesgo hay que trabajarla como cultura, porque va transversal a la compañía, hay que tener una metodología única para que todos la entiendan.
¿Quieres saber cómo elaborar una política de gestión del riesgo operativo, lo que le ayuda a su empresa a definir procesos.
Las entidades que quieran implementar un plan de riesgos, primero deben definir instrumentos, metodologías y procedimientos del alcance del sistema de gestión del riesgo operativo para administrar de forma efectiva las amenazas, de acuerdo a los requisitos mínimos del regulador.
Igualmente, desarrollar e implementar el sistema de reportes internos y externos del riesgo operativo, así como coordinar la recolección de la información para alimentar el registro de eventos de riesgo operativo y administrarlo.
También debe evaluar la efectividad de las medidas de control, así como establecer y monitorear el perfil de riesgo de la entidad e informar al órgano correspondiente.
Las compañías también deben hacer el seguimiento permanente de procedimientos y planes de acción realizados con sistema de gestión del riesgo operativo y ejecutar las actualizaciones y modificaciones necesarias.
Una organización no puede olvidar desarrollar modelos de medición y programas de capacitación, tampoco debe dejar de lado el seguimiento de las medidas adoptadas para mitigar el riesgo inherente, con el propósito de evaluar su efectividad.
Además, debe reportarle al representante legal la evolución del riesgo, los controles implementados y el monitoreo que se realice sobre el mismo.
A la hora de hacer un plan, se deben tener en cuenta, la cuantificación económica de la ocurrencia de un evento de riesgo, así como los gastos de su atención. Todo esto se podría evitar con control, para reducir las probabilidades y obtener los resultados deseados.